- Para la novela, véase Vive y deja morir (novela).
Vive y deja morir (en inglés, Live and Let Die) es la octava película de la saga James Bond, además de la primera protagonizada por Roger Moore. La película fue rodada durante el auge blaxploitation de los 70, viéndose una evidente influencia. Por ejemplo, se cambian los argumentos tradicionales (planes de villanos para desestabilizar la estructura mundial) por otros enfatizados en el narcotráfico, una característica común del género. Por otro lado, tiene lugar en centros culturas afroamericanos como Harlem, Nueva Orleans o algunas islas caribeñas. También contiene otros arquetipos como los peinados afro, despectivos insultos raciales, criminales de color o coches personalizados. Además, los oficiales de policía blancos, en especial el sheriff J.W. Pepper, están caracterizados con estereotipos negativos.
Vive y deja morir creó varios hitos en las películas de James Bond. Fue la primera vez en que se usó un país ficticio como localización (esto se repetiría en Licencia para matar); y también la única en la que Bond ejecuta lo que se puede considerar un asesinato político al enfrentarse a Kanaga. Esta película también es la primera en la que no aparece Q, además de suponer su primer romance con una chica Bond afroamericana (Rosie Carver). Cuando la película se estrenó en Sudáfrica, las escenas de amor entre ambos fueron eliminadas debido a la política apartheid del gobierno.